CUARTO TRES
lunes, 23 de abril de 2018
jose migel
soy un bobo estupido que me guste ver porno y me da ganas de hacer el amor con todas la niñas del salon
lunes, 19 de febrero de 2018
miércoles, 15 de noviembre de 2017
lunes, 13 de noviembre de 2017
LA SIRENITA
ManuelaToroGiraldo
En el fondo de los océanos había un precioso palacio en el cual vivía el Rey del Mar junto a sus cinco hijas, bellísimas sirenas. La más joven, la Sirenita, además de ser la más hermosa, poseía una voz maravillosa.
Cuando cantaba, todEn el fondo de los océanos había un precioso palacio en el cual vivía el Rey del Mar junto a sus cinco hijas, bellísimas sirenas. La más joven, la Sirenita, además de ser la más hermosa, poseía una voz maravillosa.
Cuando cantaba, todvvEn el fondo de los océanos había un precioso palacio en el cual vivía el Rey del Mar junto a sus cinco hijas, bellísimas sirenas. La más joven, la Sirenita, además de ser la más hermosa, poseía una voz maravillosa.
Cuando cantaba, todEn el fondo de los océanos había un precioso palacio en el cual vivía el Rey del Mar junto a sus cinco hijas, bellísimas sirenas. La más joven, la Sirenita, además de ser la más hermosa, poseía una voz maravillosoCuando cantaba, todos los habitantes del fondo del mar acudían para escucharla. Además de cantar, Sirenita soñaba con salir a la superficie para ver el cielo y conocer el mundo de los hombres, como lo relataban sus hermanas.
Pero su padre le decía que solo cuando cumpliera los 15 años tendría su permiso para hacerlo. Pasados los años, finalmente llegaron el cumpleaños y el regalo tan deseados.
Sirenita por fin pudo salir a respirar el aire y ver el cielo, después de oír los consejos de su padre: 'Recuerda que el mundo de arriba no es el nuestro, sólo podemos admirarlo. Somos hijos del mar. Sé prudente y no te acerques a los hombres'.
Y al emergerse del agua Sirenita se quedó de boca abierta. Todo era nuevo para ella. Y todo era hermoso, ¡fascinante! Sirenita era feliz. Pasados unos minutos, Sirenita pudo observar, con asombro, que un barco se acercaba y paraba. Se puso a escuchar voces. Y pensó en lo cuanto le gustaría hablar con ellos.
Pero miró a su larga cola y comprendió que eso era imposible. Continuó mirando al barco. A bordo había una gran fiesta de aniversario. El capitán del barco cumplía veinte años de edad.
Sirenita se quedó atónita al ver el joven. Era alto, moreno, de porte real, y sonreía feliz. La Sirenita sintió una extraña sensación de alegría y sufrimiento a la vez.
Algo que jamás había sentido en su corazón. La fiesta seguía hasta que repentinamente un viento fuerte agitó las olas, sacudiendo y posteriormente volcando el barco. Sirenita vio como el joven capitán caía al mar.
Nadó lo que pudo para socorrerlo, hasta que le tuvo en sus brazos. El joven estaba inconsciente, pero Sirenita nadó lo que pudo para llevarlo hasta tierra. Depositó el cuerpo del joven sobre la arena de la playa y estuvo frotando sus manos intentando despertarlo.
Pero un murmullo de voces que se aproximaban la obligaron a refugiarse en el mar. Desde el mar, vio como el joven recobraba el conocimiento y agradecía, equivocadamente, a una joven dama por haberle salvado la vida.
Sirenita volvió a la mansión paterna y les contó toda su experiencia. Después pasó días llorando en su habitación. Se había enamorado del joven capitán pero sentía que jamás podría estar con él.
Días después, Sirenita acudió desesperada a la casa de la Hechicera de los Abismos. Quería deshacerse de su cola de pez a cualquier precio. E hicieron un trato: Sirenita tendría dos piernas a cambio de regalar su hermosa voz a la hechicera que le advirtió: "Si el hombre que amas se casa con otra, tu cuerpo desaparecerá en el agua como la espuma de una ola".
Asintiendo a las condiciones de la hechicera, Sirenita bebió la pócima mágica e inmediatamente perdió el conocimiento. Cuando despertó se encontraba tendida en la arena de la playa, y a su lado estaba el joven capitán que intentaba ayudarla a levantarse
Durante los días siguientes, Sirenita pasó a vestirse como una dama, y acompañaba al príncipe en sus paseos. Era invitada a los bailes de la corte pero como no podía hablar, no podía explicar al príncipe lo que había sucedido en la noche que le salvó.
El príncipe no paraba de pensar en la dama que pensaba haber salvado su vida y Sirenita se daba cuenta de eso. Pero el destino le reservaba otra sorpresa.
Un día, avistaron un gran barco que se acercaba al puerto. El barco traía una desconocida que enseguida llamó la atención del príncipe. Sirenita sintió un agudo dolor en su corazón, y sintió que perdería a su príncipe para siempre.
El príncipe quedó prendado de la joven desconocida, que no era otra que la bruja disfrazada, y al haberle robado su voz, el príncipe creyó que era su salvadora y se enamoró de ella.
Le pidió matrimonio, y para celebrarlo fueron invitados a hacer un gran viaje por mar al día siguiente, acompañados también por la Sirenita. Al caer la noche, Sirenita, recordando el acuerdo que había hecho con la hechicera, estaba dispuesta a sacrificar su vida y a desaparecer en el mar, hasta que escuchó la llamada de sus hermanas.
- ¡Sirenita! ¡Sirenita! ¡Somos nosotras, tus hermanas!. Escucha con atención, hay una forma de romper el hechizo y recuperar la voz que la bruja te ha robado. Si besas al príncipe conseguirás que se enamore de ti y se rompa el encantamiento.
La Sirenita corrió y corrió hasta el gran salón donde iba a comenzar la ceremonia de boda. Se lanzó a los brazos del príncipe y le besó, dejando a todos boquiabiertos.
La hechicera recuperó su desagradable voz y aspecto, y la Sirenita pudo explicar lo que había ocurrido realmente. La bruja fue encerrada en el calabozo, y el príncipe se disculpó con la Sirenita.
Esa misma tarde se celebrño la boda entre la Sirenita y el príncipe, y todos cantaron para celebrar su amor.
FIN
jesus david
Mariposa,
Vagarosa
Rica en tinte y en donaire
¿qué haces tú de rosa en rosa?
¿de qué vives en el aire?
Yo, de flores
Y de olores,
Y de espumas de la fuente,
Y del sol resplandeciente
Que me viste de colores
miércoles, 8 de noviembre de 2017
el tunjo de oro
PRESENTADO POR :Sara Samper Ramirez
El Tunjo es un muñeco de oro. Tal vez, fueron estos pequeños ídolos simbólicos o divinos de los pijaos, tal vez fueron dioses o simplemente ofrendas religiosas consagradas a paganos, dioses o a sus caciques.
Se le atribuyó la leyenda de un fantasma que anda errante, buscando protección, alimento y cobijo por lo cual premiaba a su protector con el fruto de una gradual fortuna.
Se presenta en la forma de un bebé inofensivo, llorando, a la vera del camino en los grandes caminos reales, en el cruce de un bosque o de una quebrada, en las inmediaciones de unas ruinas o casas abandonadas, a la orilla de las cachaqueras o de los ríos.
El Tunjo, después de todo, no hace más que asustar a las víctimas, al parecer inconscientemente, pues según se entendía él sólo buscaba, como antes he dicho, a un protector que lo cuidara y mantuviera, para él, a su vez, hacerlo millonario.
Naturalmente para que el escogido tuviera derecho a esa oportunidad de enriquecerse, tenía que soportar alguna prueba. El niño se presentaba llorando desconsoladamente a la orilla del camino, tirado en el suelo, precisamente cerca de donde ha de pasar el solitario viajero a quien ha de aparecérsele. Si la persona pasa de largo, el niño lo alcanza; pero si va a caballo, se le monta en la grupa dándole un susto del cual no puede librarse, sino corriendo desesperadamente o rezando.
Otros se bajan de la bestia, lo recogen con mucho cuidado, con el estupor de encontrar una criatura abandonada. El niño deja inmediatamente de llorar y, en seguida, ante el asombro de su inmediato protector, le habla muy claro, diciéndole:
–Papá, mire que ya tengo ‘’ ñentes’’.
Acto seguido abre la boca, por la que se escapa una feroz llamarada. El hombre tira la criatura y huye despavorido, pero en cambio, aquel que conoce ya el truco y ha estado precisamente esperando una oportunidad como aquella para enriquecerse, y que mucho la ha buscado en los lugares solitarios a deshoras de la noche y en noches de Viernes Santo, procede inmediatamente a hacer lo siguiente: Rápidamente recoge la criatura y, sin darle tiempo a más, se moja el pulgar con saliva y lo santigua diciendo solamente:
– Yo te bautizo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
El niño queda inmediatamente convertido en un precioso muñeco de oro.
El que coge así un Tunjo se vuelve inmediatamente rico de la noche a la mañana. El muñeco debe ser cuidadosamente guardado en una caja entre rezos y conjuros especiales. La caja debe ser bastante segura, y con un compartimiento suficiente para la alimentación de su ocupante, porque el Tunjo come como un ser viviente y defeca asimismo todos los días, pero valiosos trocitos y trocitos de oro macizo, con el cual se va haciendo inmensamente rico su dueño. Su alimentación consiste en cierto grano o semilla, muy semejante al comino; pero más pequeña.
La alimentación no debe faltar, ni sus cuidados, ni sus ritos de posesión, porque sino éste crea una tormenta infernal y torrencial lluvia, con la cual crecen los ríos y quebradas saliéndose de sus causes hasta dar con el muñeco, el cual se embarca en las embravecidas aguas, tocando tiple y cantando melodiosamente.
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